lunes, 24 de octubre de 2011

Roma Contra el Anticristo. Triunfo Milenario y Debacle Actual.



¿Qué es eso del Anticristo?

El origen del término está en la Sagrada Escritura, y aparece únicamente en ella, y aparece cuatro veces tan solo: las cuatro en las epístolas de San Juan: I Juan 2:18; 2:22 y 4:3; y II Juan 0:7.

Lo primero a recordar es que Cristo (en griego) y Mesías (en hebreo) son exactamente lo mismo, de manera que Anticristo y Antimesías señalan el mismo problema como aparece en el Evangelio:

Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viene en su propio nombre, a ése le recibiréis. (Juan 5:43)

Cristo y Anticristo es es un tema que puede darse únicamente dentro del judaísmo y dentro del cristianismo. Solo los judíos han estado llenos de expectativas mesiánicas. Los demás pueblos y culturas carecen de una idea similar. Dicho en otras palabras: el Anticristo no sería localizable ni como idea entre otros pueblos. Por esta razón Jesucristo N.S. al hablar del tema no se dirige a griegos, árabes o romanos; sino exclusivamente a los judíos. Resumiendo: Cristo es quien divide: «¿Creéis que estoy aquí para dar paz a la tierra? No, os lo aseguro, sino división. (Lucas 12:51) Y así como divide la historia en antes de Él y después de Él; también divide a Israel en Su Iglesia (cristianos) y el Anticristo (judíos) para que luchen hasta el final de los tiempos.


Eran igualmente judíos aquellos a quienes se refiere San Juan cuando habla de su negativa a aceptar a Jesús como el Mesías:

¿Quién es el mentiroso sino el que niega que Jesús es el Cristo (Mesías)? Ese es el Anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. (I Juan 2:22)

Estamos hablando por tanto de un problema que tenemos los cristianos exclusivamente con los judíos. Y los judíos con los cristianos.


Igualmente:

"y todo espíritu que no confiesa a Jesús, no es de Dios; ese es el del Anticristo. El cual habéis oído que iba a venir; pues bien, ya está en el mundo". (I Juan 4:3)

Recordando que por "de Dios" no hacía referencia a los paganos. Se está refiriendo exclusivamente a los judíos ya que no podía exigirse a los paganos definirse dentro de un problema exclusivamente judeocristiano. "Ya está en el mundo" concuerda con el Gran Sanhedrín condenando a Jesucristo a muerte avalado por el pueblo:

Entonces Pilato, viendo que nada adelantaba, sino que más bien se promovía tumulto, tomó agua y se lavó las manos  delante de la gente diciendo: «Inocente soy de la sangre de este justo. Vosotros veréis.» Y todo el pueblo respondió: «¡Caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!» (Mateo 17:24-25)
   
Y también:

Muchos seductores han salido al mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Ese es el Seductor y el Anticristo. (II Juan 0:7)
    
Negar al Padre y al Hijo es negar la divinidad de ambos, ya que Dios es Trino en la Unidad; negar la Encarnación: que "Jesucristo ha venido en carne" equivale igualmente a negar el Deicidio en cuanto tal, hecho cuya rechazo interesaba solamente a los judíos como culpables del mismo.

De manera que, si en la primera cita Jesucristo N.S. hace referencia al Anticristo como individuo que pretenderá usurpar su lugar (y a cuantos fueren a aparecer a través de la historia); en la segunda San Juan nos señala al grupo: los rabinos judíos, ya que son la única profesión que se define a sí misma como los negadores por antonomasia del mesianismo de Jesús de Nazaret. Profesión como puede ser la de médico, abogado o sacerdote. La profesión del sacerdocio católico es la contraria: proclamar a Jesucristo como único Mesías y Redentor. La contradicción entre ambos grupos debe ser absoluta. Los judíos como grupo, ya en la Era Cristiana, habiendo pasado por amargas experiencias históricas con una serie de falsos mesías han llegado a proclamarse a si mismos como pueblo "el Mesías", de ahi la importancia otorgada por ellos al Holocuento del holocausto para cumplir con los rasgos del Mesías Doliente profetizado por Isaías. Podemos resumir todo el asunto como aparece en la Sagrada Escritura y se comprueba a través de la historia:

Anticristo y rabino son la misma y única profesión. 

De ahí la importancia que tradicionalmente se ha dado a la conversión de los judíos. Con el alagüeño de que tras el reinado del Anticristo vendrá el Reino de Cristo. Al desaparecer la oposición vendrá la plenitud como jamás se ha visto. Pero cuidado. La guerra del Anticristo contra Cristo en su única Iglesia no puede tomarse a la ligera ya que es temática fundamental del Evangelio, y una enemistad puesta por Dios --desde Génesis 3:15-- no es asunto enmendable, remediable o remendable por los hombres. La lucha entre el bien y el mal es eso: guerra irreconciliable entre opuestos absolutos e irreductibles. Y sus consecuencias históricas terribles y sangrientas. El Señor se los advirtió severamente, y se los cumplió con creces. Veamos:


Dijo pues Jesús: «Un hombre noble marchó a un país lejano, para recibir la investidura real y volverse. Habiendo llamado a diez siervos suyos, les dio diez minas y les dijo: "Negociad hasta que vuelva." Pero sus ciudadanos le odiaban y enviaron detrás de él una embajada que dijese: "No queremos que ése reine sobre  nosotros." «Y sucedió que, cuando regresó, después de recibir la investidura real, mandó llamar a aquellos siervos suyos,  a los que había dado el dinero, para saber lo que había ganado cada uno. . . Después de haber premiado el trabajo y castigado la irresponsabilidad, dice a los que no entendían que premiara con más al que más tenía:  "Os digo que a todo el que tiene, se le dará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará." Y sentencia: «"Pero a aquellos enemigos míos, los que no quisieron que yo reinara sobre ellos, traedlos aquí y matadlos delante  de mí."» (Lucas 19:12-27)

Igualmente:

Tomando Jesús de nuevo la palabra les habló en parábolas, diciendo: «El Reino de los Cielos es semejante a un rey que celebró el banquete de bodas de su hijo. Envió sus siervos a llamar a los invitados a la boda, pero no quisieron venir. Envió todavía otros siervos, con este encargo: Decid a los invitados: "Mirad, mi banquete está preparado, se han  matado ya mis novillos y animales cebados, y todo está a punto; venid a la boda." Pero ellos, sin hacer caso, se fueron el uno a su campo, el otro a su negocio; y los demás agarraron a los siervos, los escarnecieron y los mataron. Se airó el rey y, enviando sus tropas, dio muerte a aquellos homicidas y prendió fuego a su ciudad. (Mateo 22:1-7)

Roma contra el Anticristo: las guerras romano-judías. 

Y es exactamente lo que hizo, envió a sus tropas. Y gracias al Evangelio los cristianos del año 70 en Jerusalén se pusieron a salvo mientras los judíos eran masacrados por sus tropas.

«Cuando veáis a Jerusalén cercada por ejércitos, sabed entonces que se acerca su desolación. Entonces, los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que estén en medio de la ciudad, que se alejen; y los que estén en los campos, que no entren en ella; porque éstos son días de venganza,  y se cumplirá todo cuanto está escrito. ¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos días! «Habrá, en efecto, una gran calamidad sobre la tierra, y cólera contra este pueblo; y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que se cumpla el tiempo de los gentiles. (Lucas 21:20-24)

Estaba escrito desde Moisés: ". . . si hacéis lo malo a los ojos de Yahveh tu Dios hasta irritarle, pongo hoy por testigos contra vosotros al cielo y a la tierra que desapareceréis rápidamente de esa tierra que vais a tomar en posesión al pasar el Jordán. No prolongaréis en ella vuestros días, porque seréis completamente destruidos". (Deuteronomio 4:26)


 La narrativa histórica de la Primera Guerra Romano Judía (66 - 70 D.C.) es obra del historiador judío Flavio Josefo que afirma que perecieron en ella 1,100,000 judíos. Tito, hijo del emperador Vespasiano y comandante romano trató de salvar del incendio al Templo de Jerusalén, --una de las maravillas del mundo antiguo-- pero el decreto de Cristo contra el Templo anularía de manera milagrosa sus esfuerzos. Narra Filóstrato que Tito --cuyo arco en Roma conmemora hasta hoy su victoria-- se negó a aceptar la corona que se le ofrecía por ella diciendo: "No hay mérito en vencer a un pueblo al que su Dios ha abandonado". El asunto era ya evidente para el año 70 no solo para los judíos, sino para el mundo entero.

La Tercera Guerra Romano Judía (113 - 115 D.C.) comandada por bar Kokba, impulsado a un rol mesiánico por el famoso rabino Akiba sería un remate tan desastroso que el Talmud de Babilonia afirma que los romanos causaron entre 40 y 4000 millones de bajas a los judíos. Independientemente de las exageraciones evidentes, el desastre demográfico sufrido por los judíos en las tres guerras romano-judías libradas entre los años 66 al 135 tiene pocos paralelos, si alguno, en la historia. La Enciclopedia Judaica, lo más oficial que puede hallarse hoy día sobre estos temas dice sobre el final de la nación judía que, considerando tan solo los soldados capitaneados por bar Kokba en la tercera guerra, las bajas fueron de 580,000 combatientes judíos que cayeron en los campos de batalla, sin que haya cifras sobre el número que pereció por el hambre y la peste en las más de 50 ciudades sitiadas en esta última guerra:

 The war was ended, and Bar Kokba met his death upon the walls of Bethar. Indescribable misery spread over Palestine; the land became a desert; the Jews were slaughtered en masse; and Talmud and Midrash bewail the horrors of the Roman conquest. According to Dio Cassius, 580,000 Jews fell in battle, not including those who succumbed to hunger and pestilence. It must have been regarded as an evil omen by the Jews that the pillar of Solomon in Jerusalem fell of itself. Indeed, the end of the Jewish nation had come.  Enciclopedia Judaica

La tierra, como dice el texto, quedó hecha un desierto. Y como augurio funesto de lo que estaba por ocurrir el pilar de Salomón en Jerusalén se desplomó por sí sólo. Y con esto, los judíos han sido siempre conscientes de que Cristo cumplió su promesa apuntada en el Evangelio, y en adelante, la guerra entre Cristo y el Anticristo solo sería negada, y sin fundamento alguno, del Concilio Vaticano II en adelante por los revolucionarios del mismo como farsantes sin vergüenza, o bien como ignorantes de la historia y de la Sagrada Escritura. De la misma manera que Dios dejó fuera de toda duda su repudio a los judíos por los hechos históricos, el Apocalipsis asigna a los judíos a Satanás en dos versículos: Apocalipsis 2:9 y Apocalipsis 3:9. Y revísese el Apocalipsis, el último libro canónico y sobre él constátese: No hay perdón para la sinagoga como tampoco lo hubo para Luzbel y sus ángeles. Transcurren los tiempos hasta el final. Llegan los cielos nuevos y la tierra nueva y el texto no enmienda, suaviza o disminuye la condena. Por el contrario, el Dragón, Satanás, es arrojado al lago de fuego (y con él sus adeptos, hijos conforme a Génesis 3:15); pero si a la sinagoga le es negado el perdón, a unos cuantos sobrevivientes como lo fueron, muy pocos, les manifiesta por misericordia un destino muy diferente al que tuvieron en un principio y que habría de pertenecer ahora a Roma victoriosa: 


Yahveh os dispersará entre los pueblos y no quedaréis más que unos pocos, en medio de las naciones adonde Yahveh os lleve. (Deut 4:27) Esta es profecía cumplida.

Quedando igualmente  la promesa para su conversión, ya que escucharán su voz al final de los tiempos:

Cuando estés angustiado y te alcancen todas estas palabras, al fin de los tiempos, te volverás a Yahveh tu Dios y escucharás su voz; porque Yahveh tu Dios es un Dios misericordioso: no te abandonará ni te destruirá, y no se olvidará de la alianza que con juramento concluyó con tus padres. (Deut 4:30-31) La alianza que rechazaron y a la que Dios les permitirá reincorporarse al final de los tiempos.
 En resumen, y dentro de la profecía fundamental de la historia que es Génesis 3:15; y con el mismo espíritu manifiesto por San Pablo en I Corintios 5:5 -- "sea entregado ese individuo a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu se salve en el Día del Señor" los vemos a través de la historia entregados al espíritu del odio. Hasta aquí la profecía, veamos ahora la historia donde resulta imposible pedir una constancia más contundente del hecho de que los ejércitos del Señor habían dejado de ser los de Israel. Los ejércitos del Señor eran ahora los de Roma, y para mayor abundancia, su Iglesia regiría al mundo desde Roma.

¿Encuentra usted la menor semejanza entre la Sagrada Escritura y la historia con lo que le enseñan sobre los judíos en su parroquia?

El odio del Anticristo en sus constancias históricas:

Si no hubiera hecho entre ellos obras que
no ha hecho ningún otro, no tendrían pecado; 
pero ahora las han visto, 
y nos odian a mí y a mi Padre. (Juan 15:24)

Entrada a la tumba de Mamila en Jerusalén
Vino primero el recordatorio de la arqueología. En el número correspondiente a marzo-abril de 1996, la revista Biblical Archaeology Review, páginas 26 a33, el arqueólogo israelí Ronnie Reich publicó el artículo "God Knows their Names", Mass Christian Grave Revealed in Jerusalem "(Solo) Dios Conoce sus Nombres" Sepultura Masiva de Cristianos es Descubierta en Jerusalén).  Eliott Horowitz y después Israel Shamir se explayarán comentando el hecho historico de como, aprovechando la conquista persa de Jerusalén el año 614, los judíos compraron a todos los cristianos a los persas como esclavos, y, una vez dueños de ellos, los metieron en el área de Mamila, pocos metros fuera de la Puerta de Jaffa, y los pasaron a cuchillo, a hombres, mujeres y niños, en número de más de sesenta mil. El  artículo de Horowitz se titula: "The Vengeance of the Jews Was Stronger Than Their Avarice": Modern Historians and the Persian Conquest of Jerusalem in 614  (La Venganza de los Judíos fue Más Fuerte que su Avaricia). Fue publicada en Jewish Social Studies Volume 4, Number 2, Indiana University) El resumen más breve, el de Shamir (inglés) se encuentra en Mamilla Pool 

 Lo que requiere destacarse, es que los judíos obraron esta atrocidad amparados en conciencia por leyes introducidas por los rabinos que harían del Talmud un libro satánico. Entre estas modificaciones a lo que conocemos como Sagrada Escritura, los rabinos de los primeros siglos de la Era Cristiana se inventaron siete prohibiciones llamadas por ellos Leyes Noáquidas (Noahide Laws) que los facultan para gobernar a los descendientes de Noe (la humanidad sobreviviente al Diluvio Universal), y que introdujeron dentro del libro del Génesis como mandamientos dados por Dios ¡ni más ni menos que a Adán! La primera prohibición contra la idolatría impone la pena de muerte, y adorar a Jesucristo amerita esa pena según los rabinos, razón por la cual matar cristianos ¡es para ellos mandato divino! En ese momento histórico como en muchos posteriores, ¡los judíos sólo cumplían según su conciencia masacrando cristianos!

Mamilla Pool: Vista aérea del lugar principal del martirio






Jerusalén en elsiglo VII: Mamila es el principal de siete enterramientos multitudinarios
Los israelies se apresuraron a desaparecer las reliquias de decenas de miles de mártires, y construyeron en el lugar un estacionamiento. Que esto pudiera hacerse a espaldas del mundo católico retrata, adicionalmente, el pontificado de Juan Pablo II y de su compinche Ratzinger, hoy Benedicto XVI.
JPII en Auchwitz 1/VI/79, pero jamás en Mamila
Juan Pablo II, conocedor de la falsedad del Holocausto blasfemaría mintiendo sin vergüenza alguna:  ""Como ya he dicho en la misa celebrada en 1979 en Brzezinka cerca de Auschwitz: “Me arrodillo en este Gólgota del mundo contemporáneo."(Mensaje de Juan Pablo II en el 50 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa, 8 de mayo de 1995) Equiparando así el Sacrificio Redentor y a Jesucristo con el Holocuento del holocausto.  De esta manera el Vaticano del Anticristo es culpable por partida doble: Promueve hasta convertir en dogma el falso holocausto de seis millones y medio de judíos por los Nazis; y por otro permite que sean profanadas las tumbas de decenas de miles de mártires cristianos en Jerusalén a espaldas de los fieles. No solo no interviene para impedirlo y denunciarlo, sino que guarda silencio ante el mundo mientras se construye un estacionamiento para reemplazar el osario. Como que no se puede defender simultáneamente a Cristo y al Anticristo, ni posando para las cámaras como papa.

Esto dice el profesor de la universidad de Oxford Henry Heart Millman en su History of the Jews (Historia de los Judíos) sobre lo ocurrido en el siglo VII con la invasión Judeo-Persa de Jerusalén: "Había llegado por fin la hora largamente esperada del triunfo y de la venganza; y los judíos no dejaron escapar la oportunidad, y lavaron con sangre de cristianos la profanación de la Ciudad Santa. Se dice que los persas cambiaron por dinero a sus miserables prisioneros y la venganza de los judíos fue más fuerte que su avaricia. No solo no sintieron escrúpulos al sacrificar sus tesoros para comprar a esos devotos prisioneros, sino que dieron muerte a los que habían comprado a un alto precio. Fue rumor de la época que 90,000 perecieron. El arqueólogo israelí Ronnie Reich escribe: Fueron probablemente vendidos a quien ofrecía un mejor precio. En su obra “Mamila ou Maqella? La prise de Jérusalem et ses conséquences (614 A.D.) selon la recension alexandrine des Annales d’Eutychès” Oriens Christianus 65 (1981) pp. 62-86; M. Breydy recuerda lo dicho por el monje Strategos, testigo presencial de la matanza: "los judíos se acercaron a la alberca de Mamila en un intento de convertir a los cristianos que allí había al judaísmo; así podrían comprárselos a los persas y liberarlos de su tormento. Los cristianos se negaron a lo que consideraban una inmundicia y traición ante el Mesías, fue entonces cuando los judíos los compraron a todos para asesinarlos."
Menachem Mendel Schneerson
  Lo que da actualidad a esta masacre ocurrida en el siglo VII, y en muchos otros siglos, ha sido la relevancia otorgada por medio de resoluciones conjuntas de ambas cámaras del congreso de los EE.UU. y ejecutoriadas por sus presidentes desde Reagan hasta Obama, al rabino Menachem Mendel Schneerson, principal promotor durante el siglo XX de Las Siete Leyes Noáquidas (Noahide Laws) al grado de crear en su honor una festividad para celebrarlo. Dicha festividad llamada primero Education Day, U.S.A., y después Education and Sharing Day, U.S.A., conllevó, desde Reagan, la afirmación de que los EE.UU. se habían fundado sobre dichas leyes, las que eran "fundamento de la sociedad desde los albores de la civilización": "Education Day U.S.A.Véase el informe completo en inglés: America's New Government Church
Leyes que como hemos visto, y veremos más claramente aun por la historia, anuncian en manos de los rabinos el genocidio de los cristianos por idólatras.
Véase la orden ejecutiva del presidente Obama recordando al rabino Schneerson este año de 2011 aquí: Obama Proclaims 

Las Leyes Noáquidas se encuentran definidas en el tratado Sanhedrín 56a, 56b, y 57a:
GEMARA. … Nuestros rabinos enseñaron: siete son los preceptos mandados a los hijos de Noe: leyes sociales, no blasfemar, no cometer idolatría, ni adulterio, ni robo. No derramar sangre, ni comer carne cortada a un animal vivo. (Sanhedrín 56a)

GEMARA. … (....)... R. Huna, Rab Judah, y todos los discípulos de Rab sostuvieron: un no judío debe ser ejecutado por la violación de las siete leyes Noáquidas; habiendo revelado el derecho divino su aplicación para esta (homicidio), debe entenderse como aplicable a todas. (Sanhedrín 57a)

Y el rabino Schneerson cita a Maimonides sobre los cristianos: De conformidad con la conocida resolución judía de que los cristianos son idolatras.


Véase en español la presentación suavizada de las dichas 7 leyes traducidas por un apóstata ecuatoriano en su blog: Las 7 Leyes de los Hijos de Noaj



De la Segunda Guerra Judeo-Romana a Hiroshima y Nagasaki 

Iniciamos hasta el siglo VII con Mamila por la certeza --estando completo para entonces el Talmud de Babilonia-- de hallarse incluidas para esas épocas las 7 Leyes Noáquidas en cuanto tales, pero, dado que la idolatría era penada con la muerte desde el Antiguo Testamento, no hay razón para no incluír la causa de la Segunda Guerra Romano-judía  del año 115 al 117, y que fue la masacre de griegos y romanos en elevado porcentaje conversos al cristianismo dentro de la misma furia persecutoria del rabinato. Veamos lo que resume la Wikipedia con apoyo en la "Jewish Enciclopedia" (Enciclopedia Judaica) para darnos una idea de lo ocurrido. Aquí se encuentra el artículo "Kitos War" completo con sus fuentes: Kito's War

"El historiador cristiano del siglo cuarto, Pablo Orosio, registra: "Los judíos. . . guerrearon por toda Libia de manera tan salvaje, y a tal extremo fue devastada la tierra dándose muerte a quienes la cultivaban,  que habría quedado totalmente despoblada de no haber sido por el emperador Adriano que sacó colonizadores de otras provincias para repoblarla, dado que sus habitantes habían sido aniquilados". 

El espíritu del odio --el otro nombre por definición para el Anticristo-- estaba irrefrenable.


Dio Cassius (155 - 229), historiador y senador romano nos dice sobre los judíos insurrectos:
"Mientras tanto, los judíos en la región de Cirene habían tomado por jefe a un tal Andreas y estaban masacrando a griegos y romanos. Cocinaban su carne, se hacían cinturones con sus tripas, se ungían con su sangre, y se vestían con su piel. A muchos los aserraban de la cabeza hacia abajo. A otros los echaban a las fieras, forzando a otros a combatir entre sí como gladiadores. En total dieron muerte a 220,000. En Egipto hicieron cosas parecidas. Y en Chipre, dirigidos por Artemio dieron muerte a 240,000. Debido a estos hechos a ningún judío se le permite poner pie en la Isla; pero, si alguno impulsado por los vientos llegara a desembarcar se le da muerte de inmediato. Varios tomaron parte en aplacar a estos judíos, siendo uno de ellos Lucius que fuera enviado por Trajano".

La oficial Enciclopedia Judaica (Jewish Encyclopedia) se limita a comentar que sus descripciones sobre las crueldades cometidas "son probablemente exageradas". (". . .his descriptions of the cruelties perpetrated by the Jews at Cyrene and on the island of Cyprus are probably exaggerated.")
Esta guerra se rememora entre los judíos como la Guerra de Kitos por la corrupción del nombre del general romano Lucius Quietus, siento Kitos la corrupción de Quietus.

Como el cumplimiento estricto de las leyes Noáquidas de parte de los rabinos pareciera con esto estar tan solo en el remoto pasado, y por otro tratarse de un imposible ¿Cómo eliminar de este mundo a tal cantidad de idólatras como señalan que hay? ¡es imposible! Bastará con un dato: El desarrollo de la bomba atómica se hizo a petición de 3 físicos judíos: Albert Einstein, Leo Szilard y Eugene Wigner; quienes el 2 de agosto de 1939 lo solicitaron por carta al presidente Franklin D. Roosevelt, el cual lo convirtió en el famoso Manhattan Project. Los científicos participantes fueron una pléyade de judíos entre quienes destacan: Robert Oppenheimer , David Bohm , Leo Szilard , Eugene Wigner, Rudolf Peierls, Otto Frisch, Felix Bloch, James Franck y Edward Teller. Y los blancos elegidos fueron Hiroshima y Nagasaki, las ciudades en donde se concentraba la población católica de Japón. 


Por hambre han muerto a decenas de millones en África, pero, al igual que como ocurriera con Mamila nadie ha hecho notar que se trataba de cristianos. El silencio al respecto ha sido total.

¿Tendrán éxito en eliminarnos a dos mil millones de cristianos?


El Apocalipsis 7:9-17 augura algo parecido. 

Después miré y había una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y el Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. Y gritan con fuerte voz: «La salvación es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero.»  Y todos los Angeles que estaban en pie alrededor del trono de los Ancianos y de los cuatro Vivientes, se postraron  delante del trono, rostro en tierra, y adoraron a Dios diciendo: «Amén. Alabanza, gloria, sabiduría, acción de gracias, honor, poder y fuerza, a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén.» Uno de los Ancianos tomó la palabra y me dijo: «Esos que están vestidos con vestiduras blancas ¿quiénes son y de dónde han venido?» Yo le respondí: «Señor mío, tú lo sabrás.» Me respondió: «Esos son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la sangre del Cordero. Por esto están delante del trono de Dios, dándole culto día y noche en su Santuario; y el que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos. Ya no tendrán hambre ni sed; ya nos les molestará el sol ni bochorno alguno. Porque el Cordero que está en medio del trono los apacentará y los guiará a los manantiales de las aguas de  la vida. Y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos.» 

Así, el martirio de una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, al entrar en la Gloria martirizados por los judíos muestran como fue que les llegó la salvación por los judíos.

(Continuará)